CARTA PÚBLICA DE GUILLERMO CHURUCHUMBI

Cayambe, 22 de abril de 2020

Desde Cayambe, latitud 0’, tierra de los dos hemisferios, del bizcocho y el queso de hoja y tierra de Dolores Cacuango, la compleja situación de controlar e impedir el contagio del Covid-19 en el mundo, América Latina, y particularmente en Ecuador, ha generado algunos impactos sociales, ambientales, sanitarios y económicos.

A continuación, con un breve análisis y reflexiones desde nuestra experiencia comunitaria, proponemos al país: 

1.- EN TÉRMINOS SOCIALES:

Hemos vivido el individualismo. El centro de atención no ha sido la familia, tampoco ha sido prioridad en el mundo, aprender de las culturas que tienen a la comunidad, como principio básico para su funcionamiento. Lo que la sociedad ha fomentado es la vida individual como persona sola en el trabajo público y privado, en el emprendimiento, en el deporte, en el arte, en la educación, solo se fomenta la competencia personal, ganar al otro, sobresalir dejando al otro atrás.

En tiempos del Covid-19, -nos guste o no- el centro de atención y prioridad será la familia, la comunidad y su entorno social. Cada familia (o grupo de personas queridas que la reemplace),  con su temperamento, carácter y personalidad colectiva, tendrá que adaptarse a las nuevas formas de comportamiento en conjunto, ya no del individuo solo, ya no compitiendo para ser más que el otro, sino pensando en los otros, en cómo vivir todos.

En los distintos tipos de familias, predominan conversaciones, diálogos amenos y discusiones entre padre, madre, hijos, hermanos, tíos, sobrinos, primos, amigos hermanados. En esos entornos colectivos se requiere escuchar, ceder, aceptar y comprender la dinámica de la familia en la nueva situación, que el aislamiento para evitar el contagio de Covid-19 obliga, y que cambia la economía del mundo. Los colectivos que actúan y piensan, ya no solo en el individuo sino en el conjunto, ahora son la prioridad.

Por ello, apostamos a la corresponsabilidad del Estado y la sociedad organizada para enfrentar el Covid-19. Es por eso que en las parroquias, cantones y provincias se demanda un trabajo responsable y activo de las instituciones públicas en coordinación y cooperación mutua y oportuna para cercar el contagio del coronavirus. En la sociedad cayambeña pedimos activar la organización y la unidad familiar, barrial, comunitaria, la organización de segundo grado, la junta de agua potable y la empresa privada; es decir, trabajar con solidaridad, responsabilidad y disciplina.

Por lo tanto, se requiere liderazgos institucionales del Estado central, local y parroquial, en coordinación con los liderazgos barriales y comunitarios. Tenemos la fuerza social, podemos contener el contagio de Covid-19. Para enfrentar a la pandemia es necesario la construcción de una democracia participativa desde los actores sociales, la profundización de la democracia desde las bases, la corresponsabilidad, la libertad de expresión. No una democracia desde arriba, sino, una democracia desde la horizontalidad y la solidaridad.

2.- EN TÉRMINOS AMBIENTALES:

En los últimos 100 años en el mundo y particularmente, en los últimos 50 años, en Ecuador, ha ganado la apuesta por la depredación y explotación de la naturaleza. Un ejemplo de ello, es cómo los automóviles, aviones, barcos y maquinarias se mueven con el combustible fósil (petróleo) producto de la naturaleza, la consecuencia es la contaminación ambiental, los científicos ambientalistas hablan de regeneración natural y ambiental.

Los tiempos de  pandemia exigen a la familia acopiar y comer solo lo necesario, lo básico y prioritario. Entonces ¡A recuperar las prácticas ancestrales de soberanía alimentaria! ¡A regresar la mirada a la tierra! ¡A cuidar el agua como fuente de vida!, ¡A reconocer el trabajo comunitario del cuidado de páramos! En tiempos del Covid-19, a valorar y potenciar la chacra o la huerta familiar urbana y campesina para garantizar alimentación sana y saludable como una forma de ahorro o reducción del gasto económico; a fortalecer las ferias y mercados agroecológicos, los sistemas de intercambios familiares; ampliar la solidaridad alimentaria a las familias de escasos recursos económicos en las comunidades, barrios y parroquias como una forma garantizar la soberanía alimentaria.

En Cayambe, en los últimos 4 años incrementamos más del 13 % de cobertura de agua potable, con 100 proyectos de agua potable y 2 proyectos que están en camino, así mismo, hace más de 2 años, construimos una ordenanza desde los productores, desde las mujeres y desde la agroecología como alternativa de alimentación saludable, nutritiva y económica. Hoy, tenemos cerca de mil productoras agroecológicas en el territorio del pueblo Kayambi.

3.- ANTE LA SITUACIÓN ECONÓMICA:

El país requiere un debate y consenso nacional sobre la redistribución de la riqueza, no la privatización de los sectores estratégicos -recursos que le pertenecen al Estado y a la sociedad-. En tiempos de pandemia, ya no cabe el capital en términos de acaparamiento de la riqueza, sino las inversiones públicas, privadas y comunitarias, orientadas a proteger y salvar vidas, es decir que el centro de la política pública sea el ser humano. La economía local y nacional se debe centrar en la vida de la familia y la comunidad. El desempleo, la pobreza local y nacional puede anclarse en la reactivación de la economía familiar, con créditos financieros accesibles y a bajos intereses. Que los que más tienen más compartan. Que los que obtuvieron ganancias líquidas, en estos últimos años, más aporten para superar la crisis económica, sanitaria y alimentaria.

Es necesario modificar y renovar el aparato institucional y el presupuesto orientado a enfrentar el Covid-19. El sistema financiero y económico debe priorizar la producción y entrega de alimentación a las familias, inversión económica en equipamiento, desinfectantes que destruyan al virus, investigación para la curación, insumos médicos y medicamentos para tratamiento de personas en contagio del Covid-19, educación para evitar el contagio. Algunos sectores siguen pensando en el modelo neoliberal, un modelo que venía en crisis. Ahora, en tiempos del Covid-19 ratifica su fracaso la economía neoliberal. Hoy, el papel del Estado es importante, en la crisis económica, para salvar a la economía comunitaria, privada y pública.

4.- EN TÉRMINOS SANITARIOS:

Tenemos un sistema de salud público débil, no por el compromiso y trabajo de médicos,  enfermeras y personal que hace la limpieza, sino por la escasa inversión presupuestaria pública. El Estado central debe reorientar recursos económicos para hospitales y centros de salud, en el país. Así mismo, a los gobiernos locales en el territorio, se les debe entregar los recursos necesarios para enfrentar la pandemia,  ya que conocen las necesidades de su gente y tienen la capacidad de responder de forma inmediata a la población.

5.- EN EL MARCO DE LOS DERECHOS CONSTITUCIONALES:

Es importante garantizar los derechos de los trabajadores como eje de sostenibilidad de la empresa pública y privada; garantizar los derechos de las comunas, pueblos y nacionalidades indígenas como defensores de la cultura, bosques, páramos, agua y semilla para garantizar la soberanía alimentaria. Defender los Derechos de las Mujeres como protectoras y creadoras de la Vida, sin violencia en la familia y la sociedad. Defender los Derechos de la Naturaleza como creadora del oxigeno, el agua y la alimentación para la vida de los seres vivos.

La visión colectiva, unidad, solidaridad y disciplina, le salva la vida a un pueblo.

Si con la minga hemos sido capaces de construir sistemas de riego, de agua potable, adoquinado y empedrado, alcantarillado, casas comunales-barriales, áreas deportivas y parques; ahora, ¡Hagamos minga para reducir y evitar el contagio del Covid-19!. ¡Hagamos minga para defender la vida!

¡Vamos Cayambe!

¡Vamos Pichincha!

¡Vamos Ecuador!

Guillermo Churuchumbi Lechón

PÁRAMOS DE CAYAMBE